1.9.08


Las famosas cabinas telefónicas de color rojo de Londres necesitan quién las adopte

Están en peligro de extinción. La telefonía móvil y el acceso generalizado a Internet ha hecho que las famosas “red phone box” estén en peligro de extinción, según informa La Nación.

Con más de ochenta años de historia, estas cabinas son un clásico de la cultura británica tan célebre como los autobuses de dos pisos o los taxis negros londinenses. Sin embargo, el teléfono celular ha condenado a las cabinas al desuso y la falta de rentabilidad, que no cubre con ellas ni los gastos de limpieza y reparación por vandalismo. K07N4722

Los locutorios sirven hoy para poco más que hacer un llamada si el usuario tiene la mala suerte de que su móvil se queda sin batería, o como refugio urgente ante un chaparrón impredecible (algo, dicho sea de paso, muy probable en Inglaterra).

“Durante un proceso de consultas sobre la retirada de cabinas no rentables, la población y los gobiernos locales han hecho varias sugerencias”, dijo hace unos días la compañía. “Hemos escuchado esas sugerencias -prosiguió la empresa- y ahora podemos confirmar que las autoridades locales que quieran mantener las cabinas de teléfono rojas por razones estéticas o de patrimonio cultural, podrán hacerlo”.

Para tal fin, BT ha ideado el programa “Adoptar una cabina”, que permitirá a los ayuntamientos conservar los locutorios equipados con teléfono operativo si pagan una tarifa anual de 500 libras (625 euros) por cada uno, la mitad del coste que supone para la empresa.

En caso de que esas autoridades quieran mantener la cabina roja, pero sin teléfono en funcionamiento, únicamente deberán abonar una tasa simbólica de una libra (1,25 euros) por “motivos legales”.

Los interesados tienen de plazo para hacer las solicitudes pertinentes hasta el próximo 1 de octubre, y BT se ha comprometido a no retirar ninguna “red phone box” antes de esa fecha.

Las típica cabina roja fue diseñada en 1924 por Giles Gilbert Scott (1880-1960), arquitecto de la imponente central eléctrica que alberga el londinense museo Tate Modern a orillas del río Támesis.

La cabina de Scott, de color rojo para facilitar su localización, era una caseta férrea dotada de un avanzado sistema de ventilación, con tres paredes formadas por paneles de vidrio y una corona real situada sobre la palabra “Telephone” en la parte superior.

El modelo perduró hasta los años ochenta, cuando se sustituyó por las vulgares cabinas de cristal o plástico transparente que dominan hoy el paisaje urbano de las urbes del Reino Unido.

Las “red phone box” cautivan, como es sabido, a los turistas, pero también han seducido a muchos famosos, como el músico David Bowie, quien se fotografió en el interior de una cabina roja para ilustrar su legendario disco “Ziggy Stardust” (1972).

El cantante galés Tom Jones fue aún más lejos, pues compró la de su calle y la llevó en barco a su mansión de Los Ángeles.

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