Se acaban las vacaciones... y la Expo

Es una obviedad, lo sé, pero hay que decirlo para asumirlo. Se acaban las vacaciones para una gran mayoría de los españoles y mañana empiezan los atascos, la jornada abarrotada de trabajo, etc.

Por delante hay un semestre lleno de actividad: además de las distintas actividades, el 12 de octubre está ahí, a la vuelta de la esquina, y ya hemos iniciado los preparativos. Pero no sólo eso; también están, en el plano de la formación, el Congreso Europeo de Protocolo que de celebrará en Vitoria en su primera edición, el Congreso Internacional de Protocolo de Sao Paulo (Brasil) en noviembre, y muchas otras actividades de las que iré informando.

Salió, por otra parte, a principios de verano, un nuevo número de la Revista Internacional de Protocolo que supone la confirmación y consolidación de un cambio en su estructura e imagen que vale la pena. En la pequeña parte que me toca (muy pequeña), estoy muy orgulloso de los resultados. Pero sobre todo me alegro por el director de la revista, que hace un enorme esfuerzo diario y cuyos resultados son más que palpables. No os la perdáis; en mi humilde opinión, creo que vale la pena tenerla en las manos.

También está a punto de finalizar la Expo 2008; el 14 de septiembre (mi aniversario de boda, 24 añazos...) cierra sus puertas. Estuve la semana pasada (gracias Pedro, Rosa, Belén, Isabel y Sergio; una magnífica visita), y tengo sentimientos contradictorios. Evidentemente, no es un parque temático sino una exposición en donde informan al público del problema del agua. Pero<me pregunto si una visita no guiada sirve para algo. Yo tuve la suerte de tener quién me la explicara, pero el público que acude allí...

En fin, el balance lo tienen que hacer otros. Yo sólo apuntar que las colas deben hacerse a la sombra y, en la medida de lo posible, estar amenizadas. Y que la imagen es esencial: no entiendo por qué en el interior de algunos pabellones los jóvenes que trabajan allí organizando la visita llaman al público de tú y a voces. Seguramente se podría cambiar esa actitud. Que conste que es una opinión personal y sólo con el ánimo de mejorar, porque son excepciones. Por lo demás, la gente en general (y las de Protocolo en particular) es estupenda y hacen un trabajo encomiable, con una amabilísima sonrisa en la boca y todas las atenciones del mundo. Uno está acostumbrado a dar una atención personalizada, no a recibirla, así que cuando lo hace se da cuenta de lo importante que es hacerlo bien; y, en ese sentido, en la Expo lo saben hacer de sobra.