17.2.08


Protocolo como representación plástica del poder

A veces, cuando trato de hacer comprender a "mis" alumnos lo que es una parada militar, les pido que se imaginen un teatro con un inmenso escenario. Los espectadores son los que integran el público e, incluso, una buena parte de las autoridades. Y los actores son el resto: desde la autoridad que preside hasta las unidades formadas. Y todos, como en una obra de teatro, desempeñan un papel predeterminado y ensayado (con ayuda de un apuntador).
Además, en esa obra de teatro, como en todas, hay un director de orquesta, que es el jefe o director de Protocolo. Cada uno entra en escena cuando toca, y desempeña el papel que le toca. Y hay alguien entre bastidores, a veces no, que dirige la acción. Por supuesto, cuanto mayor calidad tengan los actores, mejor saldrá la representación; pero no hay que olvidarse del director de la obra ni de su equipo; son los que no salen a escena, pero están ahí, con un trabajo tan importante como el de los demás. Por supuesto, se trata de una metáfora simplista, sin ningún otro ánimo más allá de la didáctica.
Y, ¿qué se está representando en esa obra? El poder, naturalmente.
El sociólogo Guy Rocher dice que "todo puede tener un valor simbólico: el vestuario, el mobiliario, la propiedad, el comportamiento exterior, el lenguaje protocolario, el ritual".

Etiquetas:

 

···