Entrega de Reales Despachos. Academia General Básica de Suboficiales
Tras recibir los Honores de Ordenanza, el Príncipe pasó revista a las tropas. A continuación, Su Alteza Real fue saludado por el delegado del Gobierno en la Comunidad Autónoma de Cataluña, Joan Rangel i Tarrés, el alcalde de Talarn, Antoni Cirera i Mir, el alcalde de Tremp, Víctor Orrit i Ambrosio, diputados y senadores por la provincia de Lleida asistentes, el subdelegado del Gobierno en Lleida, José Flores i Blas, el director general de Reclutamiento y Enseñanza Militar, Alberto Barciela Rodríguez, y el arzobispo castrense de España, Francisco Pérez González.
Don Felipe ocupó su lugar en la Tribuna Real y concedió permiso al coronel director para iniciar los actos, que comenzaron con la Oración de acción de gracias, a cargo del arzobispo castrense.
A continuación, el Príncipe de Asturias condecoró y entregó sus despachos a los números Uno de la XXXII Promoción del Cuerpo General de las Armas y del Cuerpo de Especialistas, Juan Manuel Berrocal Hernández y Jorge Manuel Ibáñez Vázquez, respectivamente. Seguidamente, recibieron sus Reales Despachos el resto de componentes de la XXXII Promoción, formada por 245 sargentos del Cuerpo General de las Armas (53 de Infantería Ligera, 27 de Infantería Mecanizada y Acorazada, 15 de Caballería, 45 de Artillería de Campaña, 33 de Artillería Antiaérea y de Costa, 22 de Ingenieros y 50 de Transmisiones), 107 del Cuerpo de Especialistas (15 de Administración, 8 de Almacenes y Parques, 14 de Automoción, 5 de Electricidad, 6 de Electrónica, 6 de Equipos y Subsistencias, 15 de Informática, 5 de Instalaciones, 8 de Mantenimiento de Aeronaves, 9 de Armamento y Material, 8 de Metalurgia y 8 de Telecomunicaciones) y 15 del Cuerpo de Músicas Militares.
Una vez finalizada, el sargento Jorge Manuel Ibáñez Vázquez, número Uno de la XXXII Promoción, recibió del presidente de la Generalitat de Cataluña la Espada de Jaime I.
Tras la alocución del coronel director, comenzó el Homenaje a los que dieron la vida por España. A su término, se interpretó el Himno de la Academia, que dio paso a una parada militar.
Al terminar el desfile, Don Felipe ordenó romper filas a los nuevos sargentos. Seguidamente, se dirigió al Edificio de Dirección para firmar en el Libro de Honor.
Los actos concluyeron con un Vino de Honor, durante el que Su Alteza Real departió con los nuevos sargentos, sus familiares y el resto de asistentes.
Etiquetas: Actos, Casa Real, Ceremonias, Protocolo militar
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