7.7.08


Wimbledon y el protocolo

Ayer, y después de 4 horas y 48 minutos, y 413 puntos, Nadal ganó al número uno (hasta ahora) del tenis mundial, Roger Federer, en su cuarto punto de partido. Entonces se revolcó en el suelo de Londres, una alegría lógica porque había destronado al suizo en su propia casa.

Nadal decidió celebrar ese momento con lo suyos y, recordando sus mejores momentos en París, subió al palco de su familia y se fundió en un abrazo con sus padres, su tío Toni, y su mánager Carlos Costa. Pero Nadal fue más lejos: rompió el protocolo y se paseó por el primer anfiteatro de la Catedral para saludar a los Príncipes de Asturias.

Al bajar a la pista comenzó la presentación de los dos jugadores, el finalista y el vencedor. Y el finalista era Federer. Era nuevo y diferente.

Cuando Nadal tuvo el turno para hablar estaba sensiblemente emocionado. "Es imposible explicar lo que sentí en ese momento. Estoy muy feliz por ganar mi campeonato favorito. Gracias a todo el mundo", pudo balbucear el español. La ovación fue impresionante. "Estoy delante del mejor jugador de la historia", afirmó después. "Fue increíble, quiero felicitarle por su actitud, es muy buena para el tenis".

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