Una buena sugerencia
Navegando por la red, he encontrado una magnífica sugerencia que debería ser una máxima.
"Las normas de protocolo no deben nunca ser incompatibles con el buen humor y la simpatía, un exceso en la aplicación de las normas de protocolo puede desembocar en una rigidez incómoda y desagradable para todos los que comparten mesa. Si la tensión de los presentes aumenta por algún tema que los enfrenta lo mejor es cambiar inmediatamente de tema, recurrir al buen humor y relajar las normas de protocolo manteniendo sólo las normas básicas de educación."
Estas ideas, en especial la primera, que el autor de esa página aplica a las comidas, puede ser una máxima en muchas ocasiones, y debe servir de consideración para los que ven en el Protocolo rigidez y tensión, en lugar de naturalidad, cordialidad y simpatía. No es difícil ver a jefes de Protocolo tensos y rígidos en situaciones sin ninguna complicación. En palabras vulgares, "como si se hubiesen tragado un palo". Esa no es la imagen, sino más bien al contrario: hay que ser naturales, cercanos; no existe ninguna barrera que nos separe de los demás.
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