Bodas de plata de la XXXVIII promoción
Ayer, los componentes de la 38 promoción Infanta Cristina del arma de Infantería celebramos las bodas de plata del nombramiento de teniente en la Academia del arma, en Toledo.Algo más de 25 años después de nuestro nombramiento, nos juntamos 69 de los 128 integrantes de la promoción, con nuestras familias, en una sencilla ceremonia en la que volvimos a besar nuestra Bandera, aquella bajo la qe nos hicimos infantes.
Tras los honores a la bandera, con una formación de alféreces cadetes y alumnos, y la de nuestra promoción, el general director recibió honores de Ordenanza (Marcha de Infantes y arma presentada) y pasó revista a la formación.
Terminados los honores, la bandera de la Academia de Infantería pasó a su puesto en formación para que pasaramos ante ella a renovar nuestro juramento. El más antiguo de la promoción le pidió al número uno de salida (Papa Sierra, ya en la reserva) que tomara la Bandera, de nuevo por unos minutos abanderado, para que el resto de la promoción rindiese su homenaje. Un cúmulo de emociones llenó nuestras almas y, desde luego, nuestros corazones. Veinticinco años de servicios profesionales, toda una vida en la que cuatro de nosotros no pudieron formar: Luis Sevillano, que no regresó a la Academia General Militar tras un permiso; un accidete de coche segó su vida. Nacho Mateu, que integró nuestras filas durante un año y, después, por gracia, se le concedió el pase a la guardia Civil. Las manos asesinas del terrorismo etarra segaron su vida unos años después de que esas mismas manos arrebataran la vida de su padre; unos cobardes delincuentes nos lo robaron para siempre. Carlos Rocha, compañero de armas y amigo, piloto de helicópteros, al que un accidente de esos helicópteros a los que tanto daba le llevó al cielo, en donde sigue volando, esoy seguro. Y, recientemente, Daniel Elices, a quien una corta y mortal enfermedad llevó su alma, y con él su buen humor, a formar con los infantes de todos los tiempos. Seguís en nuestras filas.
Después, los discursos del general director, del más antiguo, un acto de homenaje a los caídos y, como no, nuestro querido himno, cerraron el acto.
Dislocada la formación, fuimos a descorrel la cortina de nuestra placa, la que conmemora nuestro aniversario.
Trasa el desfile y la foto de promoción, y otra con nuestras mujeres e hijos, recorrimos la academia para recordar viejos tiempos.
Todo finalizó con una copa de vino español en el comedor de siempre, con el tradicional brindis "por el primer soldado y el primer infante de España: SM el Rey".
Una jornada de recuerdos, de homenajes, de fotos antiguas, de añoranzas. Un día que recordar siempre.
Etiquetas: Actos, Ceremonias, Protocolo militar
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