Toma de posesión del Arzobispo Castrense de España

Ayer sábado se celebró en la Iglesia Catedral de las Fuerzas Armadas de España la ceremonia de toma de posesión del Arzobispo castrense de España. Una ceremonia religiosa muy característica y solemne que me permito describir.

Tras la llegada de la Ministra de Defensa y del Infante D. Carlos a la catedral, entraron en el templo para ocupar su puesto entre los invitados.

A continuación, entraron en procesión en el templo todos los sacerdotes, vicarios y arzobispos participantes en la ceremonia. Una larga procesión que duró más de 10 minutos. Cada uno de ellos, con precisión medida, fueron ocupando su puesto en el altar hasta la entrada del cortejo principal, con el Nuncio de Su Santidad, el nuevo Arzobispo y el Arzobispo de Madrid; todo ello a los acordes de "Pueblo de reyes".

Una vez todos los concelebrantes en su lugar en el altar, con el Nuncio en la cátedra, el Arzobispo Castrense a la derecha y el de madrid a su izquierda, el Nuncio dio comienzo a la ceremonia de toma de posesión con una alocución.

Al terminar, ordenó a un diácono mostrar las Letras Apostólicas (el nombramiento) a los jefes de los servicios religiosos (los vicarios de cada Cuartel General, Guardia Civil y Policía nacional). Cuando el diácono cumplió el mandato, el Nuncio volvió a ordenar "Que se lean las Leyes Apostólicas", t el canciller de la Curia<hizo lectura de dichas letras, levantando acta.

Acabada la lectura, todos en pie cantamos el "Gloria y honor a Tí Señor jesús".

Después del cántico, se produjo la toma de posesión: el Nuncio invitó al nuevo Arzobispo Castrense a sentarse en la cátedra y le entregó el váculo, como símbolo de su encargo. En ese momento, tras un abrazo entre ambos, que aparece en una de las fotos, el órgano interpretó el preludio del Te Deum de Marc-Antoine Charpentier.

Con el Arzobispo en su cátedra, el que hasta entonces lo fue en funciones, el también hasta ese momento Ordinario castrense y ahora de nuevo Vicario General Castrense, tomó la palabra para dirigirse a los presentes.

Finalizadas sus palabras, se simbolizó la obediencia y reverencia por parte del Vicario General Castrense, los jefes de los servicios religiosos, presbíteros, religiosas, seminaristas, familia, Apostolado Castrense y una representación de sus feligreses, que besaron el anillo arzobispal.

Al finalizar esta reresentación simbólica, el Arzobispo Castrense entonó el Gloria in excelsis, que fue seguido por el coro y los presentes.

Tras la oración colecta, pronunciada por el Arzobispo, siguió la santa Misa; monseñor dirigió sus palabras a los presentes durante la homilía.

En conclusión, una vistosa y solemne ceremonia de unas 2 horas de duración.

Fotos (c)mde.es

 

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