Belén, la ciudad de la Navidad en Tierra Santa

Belén está de fiesta. La ciudad donde para los cristianos nació Jesús de Nazaret volvió a sentir el espíritu navideño tras seis años de escasos festejos. Las celebraciones comenzaron oficialmente hoy con el tradicional peregrinaje del patriarca latino de Jerusalén, monseñor Michel Sabbah.

Sabbah, máximo representante de la Iglesia Católica en Tierra Santa, recorrió los seis kilómetros que separan a Jerusalén de Belén acompañado por cientos de fieles, decenas de monaguillos y frailes franciscanos, y escoltado primero por la Policía israelí y, luego de entrar en Belén, por oficiales palestinos, tal como marca la tradición.

Esta Navidad es especial en Belén. Es la primera vez en seis años que los cristianos vuelven en masa a la ciudad cisjordana. Se espera la llegada de entre 30 y 50.000 personas para lo que ya se ha calificado como la mayor demostración de creyentes desde que estalló la segunda intimada entre palestinos e israelíes en septiembre del 2000.

Desde muy temprano, los peregrinos se reunieron en la Plaza del Pesebre, cerca de la Basílica de la Natividad –construida sobre una gruta donde según la tradición nació Jesús- para ver los desfiles de bandas musicales y boy scout.

Pasado el mediodía, llegó Sabbah. El religioso, de origen palestino, fue recibido por miles de fieles luego de atravesar el muro de contención levantado por Israel alrededor de Jerusalén para evitar posibles ataques suicidas.

Al llegar a la ciudad cisjordana, el patriarca, que además es Arzobispo de Jerusalén, dijo: "Es necesario derribar el muro y construir en su lugar puentes de amor y paz". Sabbah agregó que Belén “se ha transformado en una inmensa prisión” debido a la valla.

"Nadie necesita controles en Tierra Santa, esperamos que la ruta permanezca abierta para que todos los peregrinos puedan entrar todos los días del año", agregó Sabbah que encabezó la procesión autorizada por Israel luego de pautar con la Autoridad Nacional Palestina (ANP) una tregua navideña de 72 horas en Belén.

Aunque el mal clima amenazó con enturbiar los festejos y el viento derribó las barreras de seguridad puestas alrededor de la Basílica, las calles permanecen repletas de visitantes, felices de pasar la Navidad en una de las ciudades más sagradas para los cristianos. Los pronósticos de una inusual nevada suman emoción al ambiente. La retirada israelí de la Franja de Gaza y Cisjordania en los últimos meses y una fuerte disminución de la violencia durante este año contribuyeron con la atmósfera de alegría, que regocijó el espíritu de los residentes de Belén y de los turistas que visitaban la ciudad, decorada especialmente para las fiestas.

En medio de ese clima de paz y alegría, los peregrinos aguardan la Misa de Gallo que será oficiada por Sabbah casi al mismo tiempo que el Papa Benedicto XVI lo hará en Roma frente a miles fieles en la Plaza de San Pedro.

La misa en Belén se oficiará en varios idiomas, como símbolo del tradicional espíritu de universalidad de la Navidad. A la ceremonia asistirá el presidente de la ANP, Abu Mazen, de religión musulmana, tal como solía hacerlo hasta 2001 su predecesor, el fallecido Yasser Arafat.

Fue en la Navidad de 2001, en respuesta a los numerosos atentados suicidas palestinos, cuando Israel prohibió por primera vez a Arafat salir de la ciudad cisjordana de Ramala, donde tenía su oficina, para participar en la Misa de Gallo, como había hecho desde que llegó a la región en 1994.

La ceremonia de esta noche se transmitirá desde la Iglesia de Santa Catalina, anexa a la Basílica de la Natividad, en donde ya no hay más lugares para presenciarla. Los peregrinos que no puedan participar de la liturgia podrán seguirla concentrados en la Plaza del Pesebre, a metros de una mezquita.

Sabbah se detendrá en el subsuelo de la Basílica, a la que se llega por un pasillo desde Santa Catalina, donde se halla la estrella de Belén, el sitio en el cual según la tradición cristiana nació exactamente Jesús.

Mientras, jóvenes disfrazados de Papá Noel distribuyen golosinas a los niños que no dejan de fascinarse con el gran árbol de navidad repleto de adornos, guirnaldas y luces que ilumina la plaza.

Informa: Clarin.